Marrakech
Marruecos se distingue por las influencias culturales bereberes, árabes y europeas. Marrakech está catalogada como uno de los centros culturales más importantes de todo Marruecos. Es un barrio medieval similar a un laberinto con entretenimiento en su plaza de Yamaa el Fna y los zocos (mercados) que venden cerámicas, joyas y lámparas de metal.
FEZ
Famosa por su antigua ciudad amurallada, que muchos comparan con la de Jerusalén. Es la primera de las ciudades imperiales de Marruecos, ya que se remonta al siglo VIII. Es uno de los destinos más interesantes y atractivos del país. Cruzar las murallas de la famosa medina de Fez, distinguida por la UNESCO como de valor universal excepcional y pasear por las calles del distrito de Fez-El-Bali. La puerta de Bab Boujloud es la forma más fácil de entrar en la medina. Y pocos minutos podés visitar la ciudad de Meknes, rica en un pasado prestigioso y que te reserva sorpresas inesperadas.
Desierto de Sahara
Con una superficie de más de 9,2 millones de km2, este gran desierto se extiende también por otros muchos países, como Argelia, Túnez, Libia o Egipto. Puedes pasar la noche en el desierto en tiendas y vivir una experiencia inolvidable. Podés en el trayecto visitar las ciudades de Ouarzazate, Merzouga, el Valle del Draa, entre otras.
Chefchaouen
Es una ciudad con un sello muy especial, además de estar construida en la ladera de una montaña. Pero si fascina tanto a los viajeros, es porque da una impresión de irrealidad. Las fachadas de sus casas están teñidas de azul y blanco, toda la ciudad parece estar bañada de azul. Caminas como si estuvieras en un sueño. La ciudad está llena de atracciones. Su patrimonio es rico. Está la Medina, pequeña pero auténtica: caminar por sus callejones es mezclarse con la población local, oler los aromas diarios, el del pan recién horneado, el de los tagines hábilmente preparados. También está la Kasbah, que se encuentra en el centro del casco antiguo: sus exuberantes jardines son un remanso de frescura en el corazón de la ciudad.
CasaBlanca
Arterias bordeadas de palmeras, grandes edificios de negocios y el Océano Atlántico que se abre al mundo: Casablanca es el pulmón económico de Marruecos, una metrópolis burbujeante que está constantemente en alerta. Las infraestructuras modernas se mezclan con barrios encantadores, entre la herencia árabe-musulmana y los legados del período colonial. Descubra todos los matices: dé un paseo por la medina, una de las últimas de Marruecos, recorra el centro y sus edificios art-deco, únase a la mezquita Hassan II, una maravilla de la arquitectura construida sobre el agua.